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El descenso de los órganos pélvicos

El prolapso genital es el descenso de los órganos pélvicos (útero, ovarios, vejiga y recto) que pueden incluso llegar salirse fuera de la vagina. Este problema se produce por el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Los prolapsos afectan a estos órganos, pero también producen incontinencia urinaria, problemas digestivos y dolores pélvicos.

Prolapso genital: Tipos

El prolapso genital puede ser de diferentes tipos:

  • Cistocele: descenso de la vejiga.
  • Rectocele: descenso del recto por la cara posterior de la vagina.
  • Prolapso uterino: descenso del útero.
  • Enterocele: el intestino presiona contra la pared de la vagina y la desplaza.

Prolapso genital: Grados

Una vez se conocen los tipos de prolapso, hay que diferenciar los diferentes grados en los que este problema se encuentra:

  • Grado 1 (Leve): el cuello del útero sufre un descenso en el interior de la vagina pero no sobresale.
  • Grado 2 (Moderado): el cuello asoma ligeramente por la entrada de la vagina.
  • Grado 3 (Grave): el cuello sobresale por la entrada de la vagina; se puede ver y sentir el bulto.
  • Grado 4 (Total): el cuello está completamente fuera.

Prolapso genital: Causas

Las causas se deben, principalmente, al embarazo y al parto vaginal. La menopausia, debido a que es un momento en el que el desajuste hormonal hace que el suelo pélvico pierda elasticidad y se debilite, también podría ser un desencadenante del prolapso.

Otras causas pueden ser la obesidad, la predisposición genética, el estreñimiento crónico o tener antecedentes de cirugías pélvicas.

Prolapso genital: Síntomas

Los síntomas dependen del grado del prolapso, pero el principal es la sensación de bulto en la vagina. Otros síntomas pueden ser la incontinencia urinaria, dolor en la pelvis, dificultad para defecar u orinar (grados 3 y 4), problemas al mantener relaciones sexuales, dolor lumbar, sangrado vaginal y aumento del flujo vaginal.

Prolapso genital: Diagnóstico y Tratamiento

Una exploración ginecológica es la prueba que se lleva a cabo para realizar el diagnóstico. En ella se valorará el tipo y el grado del prolapso y se establecerá un tratamiento. También se utiliza una prueba de ecografía para completar el estudio y descartar otros problemas.

Entre los tratamientos posibles están:

    • Cambios en los hábitos de vida. Si el grado del prolapso es leve, el especialista aconsejará cuidar la alimentación y limitar el esfuerzo físico.
    • Fisioterapia. En los grados más leves, se recomendarán ejercicios de Kegel. Actualmente realizamos un tratamiento mucho más potente que lo que se venía haciendo mediante tecnología electromagnética focalizada de alta intensidad (HIFEM).
  • Láser ginecológico. El láser ginecológico puede reforzar el suelo pélvico y, por tanto, ayudar a que el prolapso mejore.
  • Cirugía. Si el diagnóstico es grave, se repara el prolapso con cirugía. En algunos casos se extirpa el órgano que sobresale (como el útero), y en otros se repara las otras estructuras alteradas. Lasa mallas cada vez más están en desuso.

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